Marina Pina San José de Chacayá (Guatemala)
San José de Chacayá (Guatemala)
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Leonicia Pocop tiene 57 años, varios dientes con fundas de acero y una meta: que las mujeres indígenas de Guatemala se empoderen. Ella, directora ejecutiva de Coindi, la asociación para el desarrollo integral de mujeres indígenas, pudo contar brevemente a la Reina Letizia su historia y el trabajo para "crear nuevas masculinidades" en Guatemala. La suya es una vida de tesón para lograr derechos básicos de las mujeres que en España se dan por hecho pero que en Guatemala apenas están empezando en la práctica.
Leonicia estudió porque su madre se empeñó en que lo hiciera. De pequeña, sin agua ni luz en casa, caminaba 4 kilómetros diarios para ir al colegio. Y los deshacía para regresar a casa y ayudar a su padre con la cosecha. Cuando terminó la Educación Primaria se topó con el primer machismo de su comunidad: en su pueblo a las mujeres no las dejaban estudiar bachillerato. Eran los años 80 y Leonicia tuvo que dejar su casa para poder terminar el colegio y estudiar después Trabajo Social con una beca. En su clase solo eran tres mujeres, que se revelaban al destino que querían para ellas: condenadas a casarse, tener hijos y malvivir bajo los deseos de un marido que, esperaban las tratase bien.
La Asociación Española de Cooperación al Desarrollo (AECID) lleva invertidos 220.000 euros en el Programa de Empoderamiento y Participación Política de Mujeres Indígenas que ha conocido la Reina Letizia este jueves. Leonicia ha sido una de las mujeres con las que ha podido hablar sobre los eventos de movilización que llevan a cabo en varios municipios como Sololá, San José de Chacayá o Santa Lucía. Y su mensaje está calando entre más de 2.000 .mujeres indígenas que están empoderadas. "Desde casa viene la igualdad de género", explica a EL MUNDO Leonicia, madre de un varón y una chica y abuela de un niño de cuatro meses. "Mis hijos me dicen que si al bebé también le voy a educar en políticas de género, y claro que sí", confiesa sonriente.
Se pone seria, sin embargo, cuando quiere trasladar cuál es el objetivo por el que trabaja: "que la mujer indígena no sea discriminada. Que no se objeto de derecho sino sujeto".
También sería recuerda su historia Rosa Yax. Vestida con el güipil y el corte típico de la zona, alumbró siete hijos con su marido de los que hoy viven seis. La vida les iba bien, ella tenía güipiles y él era transportista cuando sufrió un grave accidente en 2011. Rosa estaba embarazada, su marido quedó con un brazo paralizado y tenían una importante deuda porque se acababan de comprar una casa. Además, no tenían agua en la vivienda.
"Empecé a trabajar como pude. Limpiaba casas, lo que me salía", cuenta. Todavía recuerda la media hora de camino diario hasta el río más cercano para cargar agua, embarazada, para poder cocinar, asear a su prole y atender a su esposo.
Su familia era víctima de la falta de recursos que asolan Guatemala, que provoca problemas diarreicos y de malnutrición que se traducen en que el 48,9% de los niños sufran desnutrición crónica y que la mitad de los menores de cinco años padezca un retardo en talla y peso. Con el objetivo de contribuir a la reducción de esta epidemia, la Fundación Acción Contra el Hambre puso en marcha el programa Corazón del Agua para fortalecer las estructuras comunitarias en relación con el derecho del acceso humano al agua. La AECID ha financiado con seis millones de euros este programa, que ha llevado agua a 12 municipios de Sololá y beneficia a 200.000 personas.
A casa de Rosa, el agua llegó hace ocho años. Cuando su hija pequeña ya había cumplido siete. "Tenemos agua por bombeo, el día que abrió el grifo me puse a llorar", cuenta. Y ahí comenzó su trabajo de empoderamiento. "Se hizo la lucha, se hizo el trabajo y tenemos que hacerles ver a las mujeres que tenemos derechos, que no tenemos que tener vergüenza ni miedo", explica a EL MUNDO. Ella ahora dirige dos comunidades de 20 mujeres a las que trata de empoderar: "Hay mucho machismo todavía, los hombres dicen que las mujeres no tenemos voz. Estamos dispuestas a seguir en la lucha para que todas las mujeres se puedan empoderar".
