Un restaurante de Missouri tomó la iniciativa de poner una restricción de edad a sus clientes, en la búsqueda de generar un “ambiente sofisticado” para quienes los visiten. La publicación en redes sociales causó reacciones dividas entre quienes están de acuerdo con la medida y los que se quejaron por la limitación.
Bliss Caribbean abrió sus puertas a mediados de mayo de 2024 en el 11836 de la avenida W Florissant, en Missouri. Los dueños del lugar desde un principio comunicaron en sus redes sociales que se iba a tener que cumplir un requisito de edad para ingresar al establecimiento: “Como empresa de propiedad afroamericana, Bliss Caribbean Restaurant se dedica a brindar al norte del condado una experiencia gastronómica de primer nivel”, comentaron.
Para garantizar “un ambiente adulto y sexy”, según detallaron, el requerimiento es que todos los invitados tengan 30 años o más para las mujeres y 35 años o más para los hombres. “Esta política nos ayuda a mantener un entorno sofisticado, defender nuestros estándares y respaldar la sostenibilidad de nuestro ambiente único”, señalaron los dueños.
En este mismo sentido, subrayaron que la restricción genera, “un ambiente maduro y relajado para todos los huéspedes”, lo cual les permite, “brindar un servicio excepcional y una experiencia memorable”, a la vez que: “Garantiza que nuestro restaurante siga siendo un destino de primer nivel para quienes buscan una experiencia gastronómica caribeña”.
Más allá del pedido del restaurante, en otra publicación, advirtieron que tuvieron episodios en los que el requisito de edad fue violado y se hicieron posteos en redes sociales de usuarios que se mostraban en el establecimiento a pesar de no cumplir con esos estándares. Inclusive, en el portal web para reservar una mesa se recuerda y advierte sobre esta condición inalterable.
Los dueños defendieron su derecho a establecer normas que restrinjan la edad mínima
Marvin Pate, de 36 años, y su esposa abrieron este nuevo y exclusivo restaurante. El dueño le comentó a KSDK que, “Bliss es un hogar lejos del hogar. Puedes venir aquí y vivirlo como si estuvieras en un resort. La gente se sentirá como si estuviera de vacaciones”, aseguró. Sobre los servicios del establecimiento comentó: “Ofrecemos deliciosos pargos frescos, chuletas de cordero y más. Todo es riquísimo y al estilo jamaiquino”. Todos sus chefs son oriundos de ese país.
“El restaurante es simplemente algo para que las personas mayores vengan a hacer, tengan una hora feliz, lleguen a comer y no tengan que preocuparse por algunos de los jóvenes que traen algo de drama”, dijo la subgerente Erica Rhodes a los medios de comunicación. Por su parte, Pate explicó que hubo una reacción negativa, pero defendió que se apegarán a su código.
Aquellos que se anoten para reservar a una mesa, si llegan al local y aparentan ser menores de 30, deberán presentar su identificación a los anfitriones en la puerta principal o, inclusive, a un oficial de policía del condado de St. Louis después de las 19.00 horas de miércoles a domingo.
“Les diría a los más jóvenes que vengan a patrocinar el negocio una vez que cumplan 30 o 35 años, porque estaremos aquí por un tiempo”, aseguró la subgerente Rhodes. También comentó que en las próximas semanas agregaran un servicio para llevar, el cual no tendría impedimentos por edad. Por último, indicó que, a pesar de las quejas en redes sociales, la restricción fue bienvenida por los clientes.
Mientras algunos usuarios respondieron a las publicaciones de Facebook con mensajes como: “Me encanta esto porque no solo es para el público maduro, sino que te hace querer salir de nuevo sin tonterías”, otros sostuvieron: “¿Entonces tengo 33 años, eso significa que no puedo comer aquí?”.
“Lo entiendo, pero una restricción de edad para un restaurante es un poco exagerada, a menos que también sea un bar y un espacio para eventos, en mi opinión. Si quieren disuadir a las multitudes disruptivas, es mejor aumentar el rango de precios, no el rango de edad. Algunos comportamientos son madurez de la edad, otros son estatus”, sentenció otro.
LA NACION
